viernes, 6 de mayo de 2016

Análisis clínico de un caso de clase media con derechismo congénito.

Los argentinos somos particularmente fieles con los amigos, los bancamos en las buenas y en las malas y en lo que sea. Tengo recuerdos de la época de la dictadura donde gente común de clase media, que estaba lejísimo de la lucha armada se jugaba la vida por eso, porque era tu amigo.

Tenemos un amigo que era, supongo que el verbo es en pasado, supongo que ya lo rajaron, que trabajaba en una repartición pública. Es un pibe, bueno, somos unos señores grandes a esta altura pero que más da, que mientras una buena parte de nuestro entorno se metía en diversas chifladuras militantes, él se mantuvo incólume, en una época nos acercamos a la política universitaria, anduvo por ahí pero no se metió, revoloteamos alrededor del PC, cuando había un PC y, tal vez se hubiera podido sacar algo, no le gustó. En una época fuimos, durante varios años, a dar clase a la villa, eso no era para él. Llegaron las asambleas, lo llamamos, dio vuelta un par de veces, pero no, eso tampoco.

Un día nos enteramos que, trabajando para el estado, se había convertido en sindicalista, sostuvo durante años un arduo, impensable, combate contra los camporistas y kerneristas varios que pululaban por ahí. Es de los tipos que pueden decir con orgullo que le jodieron la vida al gobierno populista. Porque las hizo todas, piquete, plenario, viajes a las provincias, reuniones, agitación, propaganda, activismo, lo que ustedes quieran. En aquellos años nuestro amigo militó mucho más que todos nosotros. Incluso parte de las actividades que realizó no las conocemos, cuando vio nuestro escepticismo, por decir algo suave, decidió mantener ciertas cosas en silencio. Por ejemplo que alguien hable mierda de la Shegua no me molesta pero si alguien habla mierda de Milagro Sala se puede llegar a comer una patada en el culo. Supongo que el instinto de defender a alguien como Milagro es más fuerte que cualquier otra cosa.

Me acuerdo cuando le hablábamos hace un par de años del peligro del triunfo de la derecha, para él no había ningún problema, si venía el tarifazo estaba bien porque “En Córdoba/Santa Fe hace años que pagan fortunas la luz”. Al mismo tiempo hervía de rabia contra el “impuesto al trabajo”. Para tipos que ganaban más de 2 mil dólares, con un nivel de precios record mundial de bajos.

Cuando le dijimos, ya se habían ido los populistas, que se le venía la noche nos decía que no, que iban a salir a la calle y lucharla “como habían hecho siempre”. Me acuerdo que, con la Shegua, estos hacían marchas y paros y la UTA hacía parar los colectivos y no laburaba nadie. El gobierno populista tendía a ceder y a acordar con estos sindicatos, contreras, insaciables y agresivos, algunos decían que la meta que tenían era el socialismo. Y después le llevaban gente a la plaza de Moyano.

Y por eso, esto lo digo yo que soy el último zurdo que queda que conste que no es la postura de los peronistas/kerneristas o lo que sea, si eras contrera y el gobierno de derecha te cagó… anda a pedirle a Moyano.

Al principio uno se quedaba pensativo, los populistas no son realmente unos revolucionarios, con un poco de buena voluntad estos pibes quedaban más o menos como una oposición de izquierda. Después el gobierno populista resultó ser de reformistas consecuentes, un día Kirchner abandonó la tutela del Fondo Monetario, había que ser muy boludo para no ver en eso un hecho histórico. Pero ellos no, los muchachos querían declarar la moratoria unilateral, 4 tipos sin partido, sin peso y sin una mierda, los más pícaros y turritos decían que había que hacer como en Ecuador y discriminar la deuda legítima de la ilegítima mientras el gobierno ecuatoriano decía que lo que había hecho era imitar a Kirchner. En el 2008 nos quedó claro que mientras la sociedad rural y la federación agraria bloqueaban las rutas y nos dejaban sin comida pulastros como De Genaro, Pino y Micheli se reunían con los sojeros. Hubo una “izquierda” que les llevó gente a los sojeros y hubo otros, un poco menos inocentes, que se escondieron. Uno es un tipo grande y ha venido viendo a estos grupos, troskoides, los troskistas son el caso más obvio, claro, maoistoides, peronoides diversos, hacer cosas así y siempre se pregunta lo mismo ¿Existe realmente una teoría que justifique estas agachadas? ¿Lo hacen porque el imperialismo los banca?

Algunos amigos me han comentado que ahora si, ahora nuestro amigo va reconocer que haberle hecho la contra al gobierno peronista fue una estupidez. Pero yo no creo. Creo, ahora de viejo cada vez más, que hay una clase media que es derechista y, aunque no es seguro que sean concientes de eso, no van a cambiar su orientación.

11 comentarios:

  1. La "clase media" es una identidad política, antes que cualquier otra cosa. Uno cuando escucha "clase media" por alguna razón automáticamente tiende a intentar aprehender el concepto desde el punto de vista sociológico clásico, es decir, tratando de "medir" mentalmente el nivel de ingresos de cada sector y armando luego la escala económica para ver donde se ubica cada quién. Bueno, eso queda muy ordenadito y prolijito, pero a la hora de entender por qué ciertas personas actúan como imbéciles no sirve de mucho.

    Para entender esto, hay que saber que la clase media es una identidad política construída por las elites. En Europa, la idearon con el objetivo de amalgamar un colchón de heterogeneidades que impidiera el ascenso revolucionario de las clases trabajadoras. Las clase media "decente", "culta", "meritocrática", "limpia" adquieren su identidad en oposición al "proletariado" y al lumpenaje. Aquí en Argentina, fue una identidad forjada para eliminar al peronismo plebeyo y negro. De ahí surgen los grandes mitos: "Argentina es un país de clase media", "Argentina tiene la mayor clase media de la región" "Argentina es un país de inmigrantes europeos [blancos] trabajadores" , etc. La oligarquía necesitaba apoyarse en un nuevo actor social para contrarrestar el avance del populismo, que le había invadido los centros urbanos y se autoproclamaba la verdadera "Patria". Los sectores que comenzaron a reconocerse a sí mismos bajo el rótulo de clase media, se constituyeron en un actor político de gran envergadura, que luego se aglutinaron bajo la conducción de la Iglesia, gran hegemonizador y conductor de la coalición que logró el triunfo oligárquico de 1955.

    En consecuencia, opino que lo primero que hay que hacer, es dejar de verse a uno mismo como "clase media", más allá del nivel de ingreso "objetivo" que uno tenga y de la profesión que realice. Decir que uno es de clase media, es equivalente a decir que uno es radical, peronista, fascista, etc. Es una identidad política. Y la prueba de que es una identidad política reside en que opera como una particularidad que hegemoniza, todo el tiempo. Todo el mundo se asume de clase media, aunque no lo sea. Es decir, que es una categoría que aglutina heterogeneidades; esa es la función primordial de toda identidad política. Y lo realmente peligroso, es que es una identidad política que pasa desapercibida en cuanto tal, porque pocos la perciben conscientemente de ese modo.

    Entonces, hay que empezar por ahí. Yo no soy de clase media.

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  2. Cuando los poderosos pegan un bandazo financiero en un pais los perjudicados son siempre la "clase media" y los pobres.- Los de arriba , por el contrario, sacan grandes ganancias.- Desde este punto de vista existen solo 2 clases: los de arriba y los de abajo.- Por lo tanto ubiquemonos donde nos corresponde y UNAMONOS.-

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    1. El problema es que cuando viene un gobierno populista a corregir la situación, otra vez surge la "clase media" y toda su soberbia y el odio a los negros y pobres.

      Hay que acabar con la rabia, no sirve matar al perro.

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  3. "... hay una clase media que es DERECHISTA ..." -> No, es REACCIONARIA, sea de derecha o de izquierda. Jorge Abelardo Ramos trataba a los guerrilleros de los 70, que saboteaban la revolución justicialista en el nombre de una inalcanzable revolución socialista, de "reaccionarios de izquierda" . Magnífica síntesis política. Gorila también podría ser en lugar de reaccionario. Les resulta insoportable la idea de que la realización nacional pase por el Justicialismo que no tiene prestigio intelectual. Por eso fugan por derecha (liberalismo) o por izquierda (marxismo). Flor de intríngulis político a resolver: cómo integrarlos al movimiento nacional.

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    1. Tenés razón, son reaccionarios, no derechistas.

      Si lo son por cuestión de prestigio intelectual, Laclau ya elaboró una teoría del populismo hace más de una década, revitalizando de paso la tradición marxista que estaba destinada a fosilizarse y declinar definitivamente. Que se dejen de romper las pelotas.

      Wilhelm Reich decía que los reaccionarios tenían una estructura caracteriológica rígida (músculos rígidos; psique estructurada, jerárquica), producto de una educación sexual represiva. El establishment yanqui se cansó de decir que el tipo estaba loco; incluso lo dejaron morir en una cárcel por un crimen que no era tal...asi que sospecho que tenía razón.

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  4. En el viejo léxico marxista a la “clase media” se le decía pequeño burguesía. Los pequeño burgueses creen que piensan como la clase alta pero no es así, los pequebu ven al dinero como una forma de comprar bienes y los ricos piensan al revés: ven a los bienes como una forma de conseguir dinero. Los pequebu, los auténticos, los militantes, le hicieron la guerra de guerrillas a los peronistas, ahora, que se salieron con la suya, los CEOs los están dejando en la calle. Jaureche hablaba del mediopelo, tipos con buenos laburos, con menos formación de la que ellos mismos creen y que repiten todos los lugares comunes de los ideólogos del imperialismo. Los mediopelo no son verdaderos reaccionarios, aunque lo intentan, son pajaritos.
    Los verdaderos reaccionarios están en lugares de poder.
    Espero que sigan los comentarios porque hacen pensar un montón.
    ¿No fue Wilhelm Reich el que decía que “el fascismo es miedo al orgasmo”?

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    1. El mismo. El problema con Reich es que se lo suele resumir en ese tipo de frases. Entonces uno las lee o las escucha y se caga de risa. Convengamos que suena bastante ridículo. Pero al sumergirse en su obra, si se tiene tiempo, uno se da cuenta de que era un hombre recto y muy sensato. Un verdadero apasionado. No sé cuantos individuos así existen hoy. Y sus teorías tienen bases sólidas, fundamentadas en experimentaciones (quizás sesgadas; puede ser), y eso es algo sobre lo que muy pocos pueden hacer alarde; sobre todo si hablamos de psicoanalistas. El punto de partida de Reich es el siguiente: "la teoría de la libido es revolucionaria; ahora hay que probarla experimentalmente". Otros se dedicaron a seguir hablando.

      Es importante el señalamiento de que los reaccionarios son tipos en posiciones de poder. Hay que afinar los conceptos porque, al igual que como ocurre con el término "clase media", cada cual entiende cada término a su manera, y eso, aunque parezca trivial, es muy importante. Se me viene a la mente el Leviatán de Hobbes. El tipo se pasa la primera sección del libro definiendo muy detalladamente los conceptos que luego va a utilizar en su construcción teórica. Hobbes, creo que como ninguno antes, notó que es imperiosamente necesario que todos estemos seguros de hablar de lo mismo cuando utilizamos ciertos conceptos, que es necesario que los conceptos tengan el mismo significado para todos; de lo contrario el lenguaje político caótico puede provocar un caos en la realidad.

      Hay que distinguir en el concepto "clase media" sus diferentes acepciones: como identidad política; como ubicación económica "objetiva" en la estructura social; como identidad cultural, etc. y señalar cuando se habla de una en particular. Cuando se habla de clase media, se confunden estas dimensiones, y en mi opinión, no da todo lo mismo.

      Espero que este tipo de problemas que parecen triviales pero que no lo son, sean tenidos en cuenta por los militantes cercanos a lo "nacional-popular". El tema de la clase media y su derechismo es un problema que ha desvelado a muchos "intelectuales" y demases, y la verdad que no ha encontrado solución en más de medio siglo de lucha política en este país. El problema se ha mantenido intocado y hay que empezar a seguirlo más de cerca y con la seriedad que merece.

      Saludos.

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  5. En los '90 me la pasaba leyendo a don Wilhelm. Para ese entonces pensaba que jamás iba a venir un gobierno que cambie algo significativamente por acá, y que si había posibilidades de ello en Uruguay. Entonces creía que los yankys mandarían a los marines a cortarle la cabeza a los frenteamplistas.
    Bueno, pasó todo lo que pasó. Y nuevamente hoy estamos en bolas sin saber en que va a derivar todo esto.
    De lo que estoy convencido es que los poderes financieros pueden armar cuanta oficina quieran donde encerrar a unos cuantos tipos que estando todo el día dedicados a ellos, le den apoyo a la CIA o a quien fuera para armar cuestiones para reventarnos.
    Ayer veía una película donde el tipo decía: -"La gente le cree a lo que dice la televisión". Listo.
    Recuerdo un noche en la que estaba leyendo "El asesinato de Cristo" y mi mujer me alcanza un libro novedoso: "Los dueños de la Argentina", escrito por un desconocido Luis Majul. Y justo acababa de escuchar por radio un programa llamado "Con algunas cosas claras" donde un joven desconocido llamado Darío Lopérfido analizaba el gobierno de Carlitos, el Riojano, y puteaba en todos los colores al neoliberalismo.

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    1. Hermoso libro ese de W.R. Lástima que lo que han sacado en limpio algunos malintencionados es que, según el autor, "Jesús sanaba a los demás mediante su campo de energía orgonótico..." como si se tratara de un personaje de los X-Men.

      Esas conclusiones malintencionadas y burlonas siguen apareciendo incluso en estos días, lo cual no deja de sorprenderme.

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  6. De acuerdo con Cocina sobre las cualidades negativas que ha adquirido el concepto de "clase media" en la argentina. Pero el peronismo es pragmático, es práctico, si le armaron un colectivo social para repelerlo inoculándo anticuerpos clasistas en el mismo, tampoco deja de ser un ordenado amuchamiento social. Ahí entra de todo, por mas sesgo de alta clase que quieran darle.

    Antes que "antiperonista" al clase-mediero le gusta ser reconocido como un TRABAJADOR y eso es todo lo que necesitamos para hacer el trabajo político. El peronismo no es ególatra, ni mezquino, no nos interesan los nombres propios ni la "fama" que nos hagan, sino el bienestar del pueblo argentino: Patria>Movimiento>Hombres.

    Entonces el ordenamiento social que significa un concepto como la "clase media", tan bien vendido he instalado, nos facilita la ardua tarea de JUNTAR las partes para acomodarlas en nuestro proyecto de nación. Nunca nos interesó inventar una "clase peronista", sino una CLASE TRABAJADORA. Y al clase media le gusta que le digan que es un trabajador, un ladrillo importante del hogar argentino. Después de todo la clase media es hija del peronismo, es resultado y obra de la justicia social.

    Entonces no busquemos la forma de denostar una herramienta ordenadora como lo es "la clase media", sino utilizarla en nuestro favor. Es mas fácil movilizar un colectivo social que se ordena solo, que organizar un archipiélago incontable de voluntades sociales. La "clase media" es MUY ÚTIL para un armador, un organizador social como lo es el peronismo.

    La etapa kirchnerista demostró que los grandes exponentes culturales de esa gran clase media, son peronistas. Un Leonardo Favio, un Santaolalla cantandole canciones de amor a una presidente frente a decenas de miles en la plaza de Mayo, un Leon Gieco prestando su talento como escenario al evento histórico que fue aquel 24 de Marzo del 2004, e incontables ejemplos mas, coronados con lo que fue el CCK. Poductos de la clase media fueron protagonistas de todo eso que odiaron a través de los diarios, se odiaron a si mismos, odiaron lo que tanto desean ser. La clase media es peronista, es kirchnerista, su destino grande es a través de esos caminos, que ellos elijan su nombre si asi lo quieren, nuestro objetivo como peronistas es mostrarles el camino hacia esa grandeza. El kirchnerismo les demostró que se puede y el macrismo les está clarificando cual era el camino a los que dudaban.

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    1. A lo que me refiero, es que no hay que confundir las diferentes dimensiones del concepto. Es decir, es obvio que desde los sectores de clase media (en sentido socioeconómico y cultural) han surgido y surgirán cuadros políticos de enorme peso, intelectuales brillantes y dirigentes importantes. Siempre ha sido así. Intelectuales como Scalabrini, Hernandez Arregui, Ramos, Spilimbergo, eran todos de clase media en ese sentido. Difícil que surjan intelectuales de las clases más bajas (los hay, pero son pocos). Pero lo que quiero decir es que no forman parte de la "clase media" en sentido estrictamente político, sino que forman parte del campo nacional-popular. En términos políticos, son nacional-populares, no clase media.

      Un ejemplo para que se entienda mejor. Allá por el 2012 o 2013, en medio de los masivos cacerolazos en contra de Cristina, le dije a un conocido -cacerolo él- que esa era claramente una convocatoria del Grupo Clarín. Automáticamente me respondió, "no, de la clase media". Ahí el concepto opera políticamente y nada más que políticamente. En esas marchas había gente de clase media alta, de clase media y de clase media-baja; y no todos eran blanquitos. Allí confluía gente en situación económica muy holgada y otra en situación más precaria. Pero sus demandas -diferentes entre sí- los unían en torno a un enemigo comun: el kirchnerismo.

      "Clase media" es un significante político. No hay que olvidarlo.

      Probablemente, en este preciso momento la clase media se encuentre en un proceso de disolución, debido al triunfo de Cambiemos y por ende, al hecho de que va perdiendo de alguna manera su razón de ser. Las transformaciones económicas llevadas a cabo por Cambiemos sin duda reorganizarán los antagonismos al interior de la sociedad, y ahí veremos qué comienza a significar "clase media" en términos políticos.

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