martes, 9 de junio de 2015

¿No va siendo hora de llamarle lock-out al lock-out?

Esto tiene varias capas como una cebolla.

La primera capa son unos, en general jovencitos, troskistas, podrían llenar varias cabinas de teléfono, y que cortan las calles. Es difícil decir que es lo que los impulsa, están furiosos con el gobierno populista pero no sienten vergüenza ni asco de compartir cartel con notorios derechistas como Barrionuevo o Moyano. No son unos grupitos cualquiera, usan elementos del marxismo y hasta tienen la pretensión de ser vanguardia, parece que ayudar a que Moyano tenga más poder y darle una manito a que Macri llegue a la presidencia o bien carece de importancia, después de todo “todos son lo mismo”, teoría muy avanzada que jamás le conocí a Trotsky, o puede ser que hasta sea más razonable hacerle la revolución, por aun no sabemos bien que vía, a un eventual gobierno macrista y que va a ser mucho más sencillo que voltear a un gobierno reformista que suele tener a la mayoría de su lado. En ese caso deberían decirlo, deberían aclarar que quieren desgastar al gobierno populista para que gane las elecciones la derecha y poder hacerle la insurrección, por ejemplo, que ni siquiera se les ocurrió hacerle a Delarua. Deberían aclarar que tienen una alianza táctica con los derechistas para voltear al populismo, los pibes que están en el corte se pondrían contentísimos de oír eso.

Pero los protagonistas, los que lanzan el paro, son sindicalistas, el motivo es, por decirlo suave, vago y más bien incoherente, no quieren que trabajadores que están en las 20-25 lucas paguen impuesto a las ganancias, 20-25 lucas son más de 2000 dólares, en España, sin ir más lejos, pagan ganancia tipos que ganan la mitad de eso y es más o menos lo mismo en Chile o en cualquier otro lado. El resto de sus quejas son por el trabajo en negro, cuando suelen ser socios de las tercerizadas como en el caso de los ferroviarios. O por los niños pobres cuando, en épocas de hambre y miseria, nunca han movido un dedo para solidarizarse.

Pero no están solos en eso, en estos años hemos visto una derecha que parece poseída de una exquisita sensibilidad social que se termina cuando son gobierno y ajustan en los hospitales y las escuelas.

Tampoco puede dejarse de lado la conducta y la vida personal de individuos que piden justicia social y bienestar para todos y que se caracterizan por ser señores mayores que han estado décadas al frente de sus sindicatos, donde la oposición es microscópica o lisa y llanamente inexistente, en algunos casos son sindicatos minúsculos. Reclaman más democracia individuos que manejan autocráticamente sindicatos con lista única.

Algunos sindicalistas, como Piumato o Micheli, figuran pero ya no se sabe bien que manejan, ni quien los sigue, ni de donde salen los recursos que los sostienen. Todos estos sindicalistas poseen fortunas considerables de origen oscuro, deberían, al menos, estar bajo investigación por enriquecimiento ilícito pero parece que la investigación de una cachetada de D’elia de hace 10 años y de un auto de Boudou de 1993 ocupan a todo el poder judicial y no hay espacio para más denuncias.

La mayor parte de estos sindicalistas posee también pasados oscuros, de crímenes mafiosos, de participación en la dictadura, de alineamiento con la sociedad rural y cosas por el estilo.

Sin embargo los sindicalistas son solamente otra capa de la cebolla, la última capa son los empresarios, es imposible diferenciar los intereses de estos sindicalistas de los de sus supuestos adversarios, los patrones. Son patrones que han ganado, antes y ahora, fortunas incalculables, están con bronca porque ven que, en el mundo, gente con esos recursos maneja los gobiernos y que en esta pampa bárbara es un poco más difícil. Tampoco son una “burguesía nacional” con un mínimo proyecto propio, si alguna vez lo fueron el proyecto se les fue por la alcantarilla junto con la candidatura de Massa. Los populistas les advierten que con el proyecto de la derecha van a perder, que los sojeros se fundían en los tiempos de Delarua, que la FIAT se fue del país, que a la clase media que les sirve de claque no le fue bien y que repetir lo mismo no va a dar un resultado distinto. Dicen por ahí que, en el primer mundo, los capitalistas piensan de acá a 10 años, bueno, en el tercer mundo, piensan en los próximos meses.

No puede haber un paro si los trabajadores no están involucrados, no incluyo a los tipos que sabotean los trenes como trabajadores.

Las estaciones de servicio adhieren al paro cuando los playeros no llegan ni a palos a salarios que tributen ganancias, eso quiere decir que no es un reclamo sindical, es un lock-out.

Lo mismo puede decirse de Moyano, que representa a los dueños de los camiones, de Venegas que representa a los sojeros y hasta de Piumato que representa a la corporación judicial. Son parte del aparato de los empresarios.

Y cuando los patrones cierran la tranquera se le llama lock-out.

3 comentarios:

  1. Me parece muy bien, y no hay caso, el orden dominante nos domina empezando por el lenguaje... lo mismo pasa con el "accidente" de Temperley, ¿nos hacemos a la idea de un Clarín que publique en su tapa "Atentado fascista en Once provoca más de cincuenta muertos"?

    Respecto a lo de Temperley, el material de este video es conocido: los documentales que lo integran ya aparecieron en distintas páginas de Internet. Pero creo que esta es la primera vez que ambos se publican sincronizados y puros, en tiempo real, sin interrupciones.

    Luego de verlo, cada uno/a sacará sus propias conclusiones. Aquí no se opina, sólo se muestran datos duros.

    El video termina de subir alrededor de las 20.00 hs
    y se podrá ver en este link: http://youtu.be/Bs6yjOh7bl8

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  2. Venegas va en lista de candidatos por el Pro declarando que Mauri "la tiene re.. clara". Y sí, para su beneficio y el de los capangas que lo acompañan, qué duda cabe de eso?
    Barrionuevo es la cabeza del paro pero el día del paro, su restaurante de seiscientos mangos el cubierto, funciona a pleno y saliendo de un bar que estaba abierto, como todos los bares lo estuvieron ese día, declara que con los milicos , todo bien, porque seguramente para él, eran muchachos macanudos, como lo era Hitler para Duran Barba.
    Para todos estos pibes, madrugaron los troscos y salieron al frío de las rutas a hacerle gratis el trabajo sucio.
    Y sí, alguien se imagina al Momo o a Barrionuevo a las cuatro de la mañana cagándose de frío a la intemperie para cortar rutas?
    Para eso están los troscos.
    Avatares de la Yebolución...

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