miércoles, 31 de diciembre de 2014

Para leer antes del churro, el pelpa y el pico en los caños de fin de año.

En la primera guerra de la droga, fue en China para 1850-60, los occidentales estuvieron a favor, a favor de la droga, quiero decir. Para empezar un emperador chino, que por cierto no eran ni estúpidos ni unos ridículos como los ponen en las películas, descubrió que los chinitos estaban pagando fortunas para envenenarse y decidió prohibir el opio. Un reaccionario y un fascista, por supuesto. En defensa de los valores de occidente, de la libertad de comercio y, porque no, del mambo, los ingleses les hicieron la guerra. Hasta venderle a los chinos una culada de opio y hacerlos bien mierda, no pararon. La guerra del opio la ganó el opio.

A lo largo de los años, mil veces los occidentales u otros imperios dañinos han usado la papa para agredir al tercer mundo. De alguna manera la infiltración de los hippies en la década del 60 constituye una excepción, es cuando el imperio envenena a sus propios ciudadanos. Un tal Timothy Leary, siquiatra, en este blog desconfiamos, entre muchos otros, de los siquiatras, introdujo el LSD entre los jipones, las malas lenguas dicen que el Timothy ese era agente de la CIA. En los 60 los yanquis usaron la papa para joder a los hippies, todo el mundo lo sabe. La papa es un arma de guerra, te pone hecho un pelotudo cuando lo que necesitas es defenderte.

La papa sirve para tapar y justificar tantas cosas.

A los mexicanos los obligaron a crear esos ejércitos “antidroga” que se les terminaron dando vuelta y están asolando el país, es posible que eso, en si mismo, no sea intencional pero, desde el comienzo, que, un imperio, intente aliviar sus problemas metiéndoles la guerra a otros países es perverso.

Hay otras cosas más que todo el mundo sabe, por ejemplo que los talibanes, de los que no dudamos que tienen en su haber unos cuantos actos de barbarie, habían prohibido, pero no bajo el decreto quichicientos barra 3, había terminado en serio con la heroína, después de la invasión de Afganistán apareció caballo, como le dicen en España, por todos lados. Quien sabe si la invasión de Afganistán, que todavía nadie entendió porque es, no fue para meter la falopa.

España fue uno de los países castigados por esta nueva ola de falopa, en los años posteriores al regreso de la democracia, justamente cuando había mejores posibilidades de avances sociales, aparecieron toneladas de Hash barato y la Heroína. Es posible que haya sido una casualidad o el producto de un clima de libertad recuperada, es posible, pero yo no lo creo, les metieron esa mierda como un método de control social. Yo anduve por Madrid en los tiempos de oro de la movida, aparecía un infeliz muerto, todos los días, en los baños del subte, con la pichicata clavada en un caño. Es raro lo que hacen, por un lado hay un discurso público de condena de la droga, las señoras mayores está indignadas, los pajaritos de siempre van en cana por 2 gramos de yuyo, se genera una condena social al pedo y por el otro toda la supuesta guerra es nada, conseguis toda la mierda que se te ocurra. En España te ofrecían por la calle, tengo el orgullo de decir que a mí me querían comprar, uno tiene su personalidad, después de todo.

El verdadero laburo de la droga no lo hacen los narcos, los dealers, todos esos millonarios misteriosos que no se sabe de donde les llueven los millones, el verdadero laburo lo hace la gilada. Gente de clase media baja, que está al pedo, que es autodestructiva, gente a la que, incluso nosotros, que somos unos zurdos humanistas del carajo, la discriminamos, son pobres pero no lo bastante proletarios para nosotros. No se, lo digo por mi mismo, no quiero acusar a nadie. Esos pobres son contagiados por ambientes de tipos parecidos. Cada adicto necesita venderle a 3 o 4 adictos más para pagarse la adicción. El mundo se les cierra, esta compuesto nada más que por otros muñecos que se dan. Lean mis labios: es imposible separar al adicto del dealer.

Lo que hace la prohibición es alentar a los adictos a vender, no pueden pagarse el vicio de otra forma, y a meterle la mayor cantidad de papa a la mayor cantidad de gente posible. La prohibición de la droga ni siquiera forma parte de nuestra propia cultura, argentinito que te atiborras de vino y de fernet en los asados, durante décadas la frula se vendía legal y los tangueros se la redaban y no era un problema para nadie.

Para terminar de cerrar el disparate, ya tenemos policías especiales (?) con leyes especiales y dios-sabrá-que para perseguir a 4 pibes que se fuman un cañito, que ni siquiera les pega, por algún motivo, castigo de dios seguramente, la plantitas, que los seudojipones tienen en una maceta en el balcón, no dan fumo de verdad, sale zarzaparrilla. Dentro del desatino lo más boludamente irracional es la guerra contra la merca, pensar que una falopa que vale 30 dólares el mogra, son ¾ partes de un gramo, puede ser un problema generalizado, es un chiste ¿De donde catzo va a sacar un argentino normal 300-350 mangos para pagar por una mierdita que no te dura 3 horas? Lo mismo corre para el ácido y esas mierdas raras que vienen de Europa, por cierto que esa garcha viene de allá para acá y no al revés, los jeritopas que las consumen son de clase media alta, bien alta. Los sabios liberales de siempre me dicen que, aunque un problema abarque nada más que a una elite, sigue siendo un problema de salud, o de quien-sabe-que, bueno, está bien, supongamos que la frula es un problema de salud importante para los “ABC1” o como se llamen los forros con guita, en ese caso que la fundación “Amalita Fortabat” cree una policía privada, con clínicas privadas y jueces privados que se ocupe de los vicios de los garcas ¡Qué privaticen la guerra antidrogas, que carajo!

A la leyenda de que hay narcos por todos lados que manejan el mundo desde la sombra, solo puedo responder que ojala fuera cierto, estaríamos mejor. Si hubiera más drogas, menos armas y menos economistas del fondo monetario, estaríamos mejor. No digo que no haya algún garca importante que esté en la transa, digo que eso no es un aspecto significativo para explicar la realidad. Digo que traer frula de Bolivia, llevarla en un avión y tratar de meterla dentro de latas de sardina a España, o a Bosnia-Herzegovina para el caso, no es un buen negocio, es una boludez. Digo que la argentina ni siquiera es un país de tránsito. Déjense de joder con eso. Digo que el problema de adicciones que tiene nuestra pampa salvaje es el alcohol. Pero el alcohol no es una droga. Por supuesto. Así que vos tranquilo, tomate un trago y olvidate de todo.

Parecía que no pero acá estamos, llegamos al 2015, el pescado aun está sin vender y nos hicimos viejos sin que pasara demasiado. Amor y rosas para todos… y todas (mirá que inventan cada boludez).

2 comentarios:

  1. Ser de Independiente como yo es ser un drogadicto sin remedio. Lo puedo asegurar. Por lo demás, fumé marihuana y hachís en cantidades de los 16 a los 18 años (cuando los canas te cagaban a palos en plena calle si tenías un pantalón morado o naranja), momento en que paré (dicen que es imposible) y NUNCA la pagué, a lo cual jamás le encontré explicación, pero supe hay algo que no cierra.

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