jueves, 27 de noviembre de 2014

Ucrania, ese país latinoamericano perdido en la estepa.

Hacia tiempo que quería escribir sobre ese país, en parte porque es una de las nacionalidades que embellecen nuestra pampa y en parte porque la situación geopolítica de esa nación, grande no solo por su cultura y su historia, podría ser, también, un llamado de atención.

En diciembre del año 2013 la oposición perdió las elecciones, hubo protestas de fraude pero también dijeron que “no habían tenido tiempo de ocuparse de la elección” porque estaban en las calles. Pensaban repetir el golpe, llamado “revolución naranja”, del 2004. El ganador de la elección fue el “partido regional” de Yanukovich, Yanukovich no estaba en contra de las “reformas” liberales pero no estaba a favor de incorporar a Ucrania a la NATO. Las manifestaciones estuvieron, en gran medida, protagonizadas por uno de esos típicos partidos de extrema derecha europeos llamado “Svoboda”, libertad.

Svoboda es un partido pro-europeo (?), neonazi y antisemita, no obstante eso, que todo el mundo sabe, las demostraciones tuvieron el apoyo de los embajadores de la Unión Europea, a los que no les calienta lo fascista que sean sus aliados mientras puedan sacar tajada. Una de las organizaciones que financia la “revolución democrática” en Ucrania es una vieja conocida nuestra, es la NED (National endowment for democracy).

Muchos zurditos que protestan contra Milani y la megamineria han mantenido un prudente silencio. Y lo mismo hicieron los amigos sionistas, esos mismos que salen con los tapones de punta, a acusarte de antisemita, si tenes el atrevimiento de contar los muertos en la franja de Gaza. Detrás, o al costado, de los grupos neofascistas se encuentran los partidos liberales y conservadores.

En enero del 2014 el partido comunista llamó a crear grupos antifascistas. En febrero las demostraciones de los zurdos apuntaban contra la NATO y la comunidad europea. Para esas fechas el presidente de la confederación judía de Ucrania denunció una campaña de persecución contra judíos y ataques contra las sinagogas, siempre con Svoboda como responsable.

En febrero los demostrantes de la derecha intentaron un asalto contra el parlamento. Hubo tiros contra los opositores que acusaron al gobierno, igualito que en Venezuela en el 2002.

El golpe de estado del 22 de febrero que derrocó a Yanukovich es del tipo “institucional”. El día anterior Yanukovich y los opositores habían firmado un pacto, el presidente veía recortado su poder y se llamaba a nuevas elecciones, los “amigos de la libertad” de siempre tomaron edificios públicos y salieron a tirotear a los zurdos, la policía se retiró, a los diputados de Yanukovich y aliados no se les permitió asistir y el parlamento votó un gobierno de coalición entre los liberales y la extrema derecha. Julia Timoshenko, líder del partido liberal y presa por coimera fue puesta en libertad.

El nuevo gobierno comienza con amenazas de prohibición al partido comunista, los locales del partido fueron arrasados en las zonas donde Svoboda es fuerte. Para el final de febrero el país se encuentra en colapso, UE ofrece 20 mil millones de dólares para un “paquete radical de reformas”, un argentino diría que les ofrecen el “blindaje” con ajuste, recorte de subsidios y privatizaciones. Diversas organizaciones neonazis se ofrecen de voluntarios para “liberar” a Ucrania.

A principios de marzo, en el este del país, se alzan manifestaciones contra el nuevo gobierno, llevan banderas de la antigua Unión Soviética y de Rusia. Rusia no reconoce al nuevo gobierno y toma el control de Crimea, hay bases militares rusas en la región pero, incluso navíos y regimientos ucranianos, han alzado la bandera de Rusia. La región pasó a depender de Ucrania recién en 1954. Ya en 1992 se había declarado independiente y el plebiscito por la independencia es legal. Por supuesto que los caciques de la UE y de los yanquis no reconocen la anexión de Crimea a Rusia, simplemente porque no les conviene, todo lo demás es hipocresía.

Los países de la NATO propusieron un embargo de armas que no resultó, todos le quieren vender a Rusia. El pacto ruso-ucraniano consistía en dejarles la flota y las bases militares a Rusia a cambio de gas barato, sin el gas barato los ucranianos que, todavía, están bajo el gobierno de la derecha y sus aliados europeos van a pasar un invierno muy frío.

Para fines de marzo la “Ucrania libre” y la UE firmaron su famoso pacto, la declaración habla de “valores compartidos” y “el modo de vida europeo”. Yo les voy a decir que significa, descenso del nivel de vida para la mayoría y un gobierno mafioso-fascista, un gobierno de ocupación de la NATO.

En abril se suceden ataques de milicias derechistas de Svoboda contra ucranianos y/o rusos, anda a distinguir uno de otro, en las ciudades del este del país. También recorren el país, en misión de buena voluntad, por supuesto, militares de la NATO.

A principios de mayo, las bandas de la derecha, culminan su raid delictivo con un ataque incendiario contra la sede de los sindicatos en Odessa que mató a 46 personas. La junta de Kiev, como le llaman los zurdos al gobierno golpista, dispone de su propio ejército, porque no puede contar con el antiguo ejército que está plagado de rusos, a veces triunfa en combates contra civiles desarmados y a veces los rebeldes les dan una paliza, nunca se sabe.

El 9 de mayo los habitantes, al menos los habitantes zurdos, de la ciudad de Mariupol festejaban un aniversario de la victoria de la Unión Soviética sobre la Alemania Nazi. El jefe de policía decidió impedir la manifestación subversiva pero los policías estaban más para el festejo, el jefe llamó a los soldados mercenarios de la junta, la jefatura fue arrasada por blindados pero los paisanos les hicieron frente, murieron un montón de civiles, más de 200, pero los blindados de la junta tuvieron que retirarse. Las malas lenguas dicen que los mercenarios son yanquis.

Uno de los motivos del derrocamiento de Yanukovich era que el tipo pertenecía a la “oligarquía”, cosa que, por cierto, es innegable, resulta que el ganador de las, más que sospechosas, elecciones es un garconazo, magnate del chocolate, llamado Poroshenko. En julio el golpe de estado termina, en donde terminan, todos los golpes de estado: en un acuerdo de libre comercio y en el fondo monetario. Disminución de las pensiones, el gas aumentó un 50% gracias a una oportuna reducción de subsidios y miles de empleados públicos se sumaron a la creciente desocupación. Eso si, dólares, te venden los que quieras.

El 24 de julio, el gobierno de coalición derechista, se rompió. La economía se achicó en más de un 5 %, para solucionar estos problemas nada mejor que prohibir el partido comunista. Se difunde la información de la presencia de voluntarios nazis de toda Europa en el este del país.

El peor problema es que las regiones del este, la parte más industrializada del país, siguen sin reconocer a la junta. A fines de agosto Lugansk sigue bajo ataque de artillería. Hay miles de muertos.

En septiembre llovieron las denuncias de invasión rusa, ahora van a ver porque. El 5 de septiembre, el presidente Poroshenko, aceptó un alto el fuego en el este ¿Se ha vuelto el chocolatinero un pacifista dispuesto a reconocer la autonomía de las regiones y la volunta popular? Si, por supuesto, en Donetsk las malas lenguas de siempre reportan 12 mil soldados de la junta muertos, 19 mil heridos y 5 mil desaparecidos. Los soldados de la junta escapan a Rusia y dejan atrás un montón de equipo, que incluye tanques y cañones. Uno de los líderes de la protesta de la derecha, que se quejaba por el fracaso de la política de los golpistas, resultó abatido, bueno, más bien lo cagaron a balazos y las marchas de protesta de los ultraderechistas contra Poroshenko terminaron en un fiasco. 500 más murieron en ese enfrentamiento.

¿Por qué los rebeldes no derrocaron al chocolatinero? Porque no les da más que para defender su autonomía y sus regiones. Por lo que uno sabe de esas cosas, la junta está ganando tiempo para una intervención masiva, lo que deberían hacer los rebeldes es derrocar a la junta.

Después una cosa más, ustedes pensaran, no sin razón, que todo esto no es más que cháchara de zurdelis trasnochados y, horror, pro-rusos que luchan contra la democracia en el mundo. Hasta ahí todo es cierto. Pero resulta que a principios de octubre la CGT de los ingleses, insospechable de izquierdismo y, menos aun, de prorrusismo, se expidió a favor de los derechos sindicales, contra el fascismo, contra la intervención armada occidental y a favor de la paz. Cosa de no creer.

El golpe de estado lleva 9 meses y ya el fondo monetario les está prestando para cubrir lo que el fondo monetario les prestó a mitad de año. En BA llamamos a eso “el síndrome de Delarua”. Básicamente, la retirada de Rusia, con sus inversiones y hasta el turismo, no ha sido cubierta por occidente.

Parece que los “occidentales” destruyen los estados-nación y los dejan así, a eso lo estoy empezando a llamar “el modelo mexicano”.
Parece que los viejos partidos liberales y semejantes no tienen ningún escrúpulo en aliarse con los nazis.
Parece que los rebeldes o como sea que se llame a los que se oponen a la NATO se conforman con “autonomía” y que los dejen en paz, están en un error, en unos cuantos meses la NATO se fuma Ucrania y Putin le sigue.

2 comentarios:

Piensa mal y acertarás