Así es la vida, cosas que todo el mundo sabe terminan resultando una sorpresa. La última vez que tuvimos un fin de año movidito fue en el 2010, hubo un corte de vías, efectuado por 20 militantes, de esos de fierro, del PO. 7 horas estuvo el pueblo, esta vez es el pueblo en serio, esperando, cagados de calor, un 23 de diciembre para irse a casa, entonces entraron en escena los pibes luchadores que, lo que es la casualidad, justo ese día, venían con mochilas llenas de piedras. Mientras el gobierno populista insistió con su política de diálogo y contención, sin armas ni tanques, desde Clarín pedían mano dura contra los inadaptados. Después, con los laburantes enloquecidos intentando escapar o viajar o reventar una boletería, los dirigentes de la izquierda debatían amablemente con los que pedían a la policía palos, armas de fuego y cárcel para los zurdos, en directo por TN. Que amplitud ideológica y cintura política que tienen los dirigentes que dialogan con los comunicadores y políticos que piden represión contra ellos mismos. Un verdadero ejemplo. Ese día Macri pedía bala por televisión y D*alde decía que con él, como presidente, se acababa el caos. Unos días antes operadores PRO prometían escrituras e incitaban a los villeros a tomar el parque indoamericano, las barras bravas que viven en los monoblocks cerca del parque y que también respondían al PRO eran llevados a balear a los que habían ocupado el parque. Sabemos que eran instigadores del PRO porque los villeros, que no tenían motivo alguno para mentir, me lo contaron con lujo de detalle y que el PRO maneja a la barra brava lo sabe todo el mundo. Si yo pude ir, hablar con los villeros, no hable con la barra brava de Huracán que fue a correr a los ocupantes del indoamericano porque no me hizo falta, puede hacerlo cualquiera. Hablé, también, con un par de pibes ferroviarios que laburan en los talleres de Escalada y que, tampoco tienen para que mentirme, saben que de ahí fueron reclutados pibes para reprimir a los tercerizados y que terminaron matando a Ferreyra el compañero del PO. Con ese crimen se les fue la mano pero el corte absurdo, el bombardeo de Constitución y hasta los tiros contra la gendarmería y los 4 muertos del indoamericano están impunes. Bienvenidos al tercer mundo, hubo dos muertos en Rosario, ojala que me equivoque pero nadie nunca va a saber quien le pegó el tiro a uno y quien mató a esa mujer empujándola contra el vidrio. Está bien, reconozco que estoy sorprendido porque, sin salir a los tiros ni usar un ejército, haya 500 en cana. También me parece genial que estén apareciendo las patentes de las camionetas, las que vi eran 0 km o poco menos, que se llevaban los televisores. Las camionetas 0 km y las 4X4 están al alcance de pocos, de camioneros que ganan 15 mil pesos por mes, por ejemplo. Igual no me cierra, ¿Estás en 15, 20 lucas y salis a reventar un Carrefour por orden de Moyano? Toda tragedia tiene un aspecto cómico, sospecho que vamos a tener de que reírnos los próximos días. ¿Llegaremos a saber quiénes son los propietarios de las camionetas? ¿Serán empleados del sindicato? ¿De cuál? La verdad es que no creo que aparezcan pruebas determinantes de nada. Puede que aparezca algún fulano del sindicato de Moyano o de las de Michelin pero como ni el negro, ni planchita, ni Luisito Barrionuevo estaban ahí, todo va a quedar en nada. Es más, ni siquiera los 500 perejiles que cayeron con el LCD al hombro van a notar que los líderes de la asonada popular los garcaron bien finito. El mecanismo es calcado de lo que hicieron en el 2010, convocar a la gente con mentiras y una vez que las tenes cerca del supermercado, parque o lo que sea, la llamas a la acción. La idea detrás de estas acciones es que estamos igual que en el año 2001 y que basta con sacudir un poco el árbol y el gobierno va a caer como fruta madura. Eso se escucha siempre, el PO y sucedáneos dicen que la revolución es cosa de unos cuantos meses, que ese tipo de ideas le impiden a su propia gente organizarse carece de importancia, cada vez que una generación de grandulones adolescentes abandona la escena viene otra a sucederla. Cuando más cerca la revolución más precaria la ideología. La derecha no precisa de ninguna revolución, de ninguna ideología y de ninguna idea. Con las “denuncias” contra los zapatos de la yegua y diciendo KKs, KKs todo se arregla. Si podes creer que la asignación universal y la protección del empleo generan miseria podes creerte cualquier cosa. Que 4 pescados que se llevaron unas botellas del supermercado pueden derrocar a un gobierno con el 54%, o más quién sabe, de los votos, mayoría parlamentaria y casi todos los gobernadores, por ejemplo. Más interesante es saber quienes son los protagonistas del saqueo. Hay unos pibes, les llaman “mosquitos” o “vampiros”, según el avance de la paranoia, no son pobres-pobres, tienen una familia, hermanos, el abuelo, mamá que paran la olla. Los amigos mosquitos salen de noche, cuando la gilada duerme, los mosquitos viven al día, pegaron faso, compran sanguches de mortadela en el quiosco. Los mosquitos andan limpios y bien alimentados, si reciben el mensaje por el celular van al super y se llevan los televisores. Los que tienen sus cuentas pendientes con el chino del barrio son distintos, son gente normal de clase media baja inoculada por esa mezcla de histeria por la inseguridad, por el casamiento de los putos, por la xenofobia y por el desmoronamiento del mundo en general, que han decidido hacer cagar al chino porque habla “chinchulín” o lo que sea. Eso sin olvidar que hay cierta impunidad porque la cana está para proteger a esos hijos de mil putas del Carrefour y no al chino que es un bolichero de cuarta. En definitiva la unidad nacional se logra saqueándoles el boliche a los chinos porque con los judíos es mejor no meterse. Todo el mundo tiene recetas tanto para los mosquitos como para los xenófobos. Acá va mi receta, hay que hacer como en una película que vimos el otro día, donde había unos jóvenes inadaptados, aparecía Antonio Banderas, quien sino, y les enseñaba a bailar. |
Muyyy Bueno!!!
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