miércoles, 11 de enero de 2012

Grandes luchas por la libertad, hoy: Los sindicatos derrocan al populismo.

Había una vez un país muy bonito que vivía bajo el poder despótico de un gobierno populista. No había elecciones verdaderamente libres y los medios de comunicación estaban controlados por desalmados comisarios que prohibían, entre otras cosas fundamentales, el pensamiento crítico.


Este país, bajo un régimen corrupto y con un pueblo sometido, exportaba automóviles. Tenía actividad minera que daba trabajos duros y peligrosos pero bien pagos y con sindicatos poderosos.


Los mineros resistieron al gobierno populista. La gran revuelta del año 77 tiene un hermoso monumento. Ahí mismo se festeja el aniversario del derrocamiento.
Los sindicatos mineros estuvieron en primera fila cuando el régimen fue derribado.


Los populistas dejaron el país en ruinas, con las variables distorsionadas, y la intervención del FMI fue inevitable. Las reformas de mercado crearon bienestar y millones de nuevos propietarios.
En la nueva economía integrada al mercado mundial descubrieron que la minería, con sus altos salarios y sus sindicatos poderosos, no era rentable.


En el año 99 el gobierno de la democracia recibió a los mineros que protestaban con tanques. Nuestras fuentes no mencionan el número de muertos ni si declararon o no el estado de sitio. No muchos se enteraron de eso porque los medios están ocupados denunciando los abusos de los populistas y no los problemas menores en las democracias. Por supuesto.


La indemnización que recibieron los mineros les alcanzó para comprarse una heladera, nuestras fuentes no aclaran si eran de las que tienen frizer.
Los mineros viven en casas, en ruinas, que quedaron de la época del populismo, cosechan hongos en el bosque y, de vez en cuando, hacen un pozo y sacan carbón, a riego de su vida, para calefaccionarse.


Junto con la libertad, el aval del FMI y la seguridad jurídica llegaron las inversiones extranjeras. La empresa Nokia se instaló pagando sueldos de 220 euros.
La población del país disminuye. Los que pueden emigran y se convierten en mendigos y mano de obra barata en países donde la crisis todavía no llegó.


Pero no se preocupen porque esta historia no es cierta, es solamente un cuento para asustar a los ingenuos y mantener en el poder a los populistas cuando todos sabemos que la alternativa seria mucho mejor.


Esta historia jamás sucedió.


Líderes sindicales que echan al gobierno populista y dejan a sus afiliados cagados de hambre y en la calle. A quien se le ocurre.


Grecia, siguiendo los pasos de Italia, compró 60 aviones de combate, indispensables para defenderse de las ambiciones territoriales uruguayas y de Príamo el rey de Troya, el precio, una verdadera bicoca, 3900 palitos de euro.

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Piensa mal y acertarás