O, por lo menos, es injusta. Para colmo uno ni siquiera escribe bien, como para golpear a un tipo y que se ponga loco. Pensándolo, la muerte es una mierda. No es la muerte de estos nazis lo que quiero. Lo que quiero, lo que de veras quiero, es que estos tipos estén muy tranquilos en su casa y que, cada vez que salgan a la calle, y que tengan que salir, la gente común, insignificante, como es uno, les grite. Que les grite: "Forros" y "Buchones" hasta quedarse afónica. Orwell no se llamaba Orwell, se llamaba Blair. Algunos incluso juegan con oponer a Orwell, que era un gran tipo a Blair que era un hijo de puta. Lo interesante es que la biografía de Orwell empieza en Birmania, Myanmar o Miramar que-se-yo, ahí escribió unas historias, en fin… ¿A que no saben a que se dedicaba Orwell en Birmania? Si, señores, acertaron, Orwell ese gran policía de la mente. El inventor del Gran Hermano e izquierdista troskistoide furioso, era policía. Policía colonial británico. En la historia humana no existe ningún imperio más opresor, racista y genocida que el británico. Los nazis aprendieron el arte del campo de exterminio, la aniquilación racial y la explotación sin límites de los británicos. A la vuelta de Birmania nos encontramos con un individuo bizarro que canaliza sus inquietudes sociales disfrazándose de mendigo para hacer reportajes. En el año 36, como periodista, nuestro muchacho desembarca en Barcelona. Se enlista con el partido troskistoide el POUM para combatir en Huesca, un frente de la guerra civil que no conoce nadie. Ahí tiene oportunidad de tirar algunos tiros. Recibe un oportuno corchazo de parte de un franquista. La guerra civil española es tema de post futuros pero podemos aclarar un par de tantos. En mayo del año 37 los anarquistas controlaban varias partes de la ciudad, entre ellas el edificio del correo que era considerado como el nudo de las comunicaciones de los ejércitos de la república en Cataluña. El gobierno Catalán, que estaba conducido por socialistas moderados, se pudrió de que la información se les escurriera al campo de los franquistas y decidió tomar el edificio. La resistencia de los anarquistas fue feroz y recibieron el apoyo del POUM. Hubo 500 muertos, los anarquistas se abrieron de la acción y permanecieron en el gobierno, el POUM quedó ilegalizado, o poco menos, en la república. De ese lado vienen las historias negras sobre los crímenes de Stalin en España. Varios dirigentes del POUM se convirtieron en propagandistas al servicio de la CIA en años posteriores. Un día hacemos una biografía comparada de ratas. Al regreso a las islas el libro sobre la aventura catalana no fue bien recibido, eso pasa cuando queres inventar un bardo y demasiada gente sabe lo que pasó. Pero el prestigio de Orwell como “izquierdista” y “rebelde” quedó asentado para la eternidad. Tal vez no tanto. En el año 1943 escribió el libro satírico “rebelión en la granja” donde la visión que tenían los policías del imperio sobre la revolución rusa es mostrada por medio de animalitos. El momento era particularmente inoportuno porque en el año 43 los soviéticos estaban en guerra contra los nazis. El momento de Orwell aun no había llegado. En el 45 estuvo haciendo reportajes en la Alemania recién liberada pero… ¿saben qué? En sus notas no dice nada de los campos de concentración en general ni de Auschwitz. Al final van a ver porque. El libro más celebre de Orwell, ni siquiera es de él, es un plagio del libro “Nosotros” de un tal Zematin, un ruso exilado de la revolución. No le busquen la vuelta, muchachos, el ruso también es un buchón. Es mentira que los editores británicos se hayan opuesto o hayan boicoteado la publicación de los libros de Orwell. En el caso del libro “Rebelión en la granja” fue traducido y distribuido por los servicios de inteligencia del Reino Unido (jamás será vencido). Pero uno puede tener la opinión que se le cante el culo en esta vida. Para que esta historia esté completa falta un toque de miseria. Debido a la fama de rebelde de Orwell muchos se le acercaban, escritores, artistas y celebridades varias. El viejo, no tan viejo, aprovechaba para hacer inteligencia. Orwell entregaba listas de “cripto comunistas”, “compañeros de ruta” y afines, para los servicios de inteligencia de su graciosa majestad. Un tipo mayor ya, famoso y, supuestamente, un intelectual de fuste pero que no podía con su genio, en el fondo de su corazoncito, seguía siendo policía colonial. No solamente eso sino que están marcados los judíos. Que buchonazo, el Gran Hermano. Nota: en muchas biografías de este héroe intelectual no figura su paso por los servicios de inteligencia. Si tienen dudas busquen en http://es.wikipedia.org/wiki/George_Orwell Y recuerden que la culpa de todos los crímenes del imperio británico y de que Orwell sea un alcahuete, la tienen Stalin, los rusos y JJ Lopez. |
Y no es casual que el adolfo frenara a sus muchachos en Dunkerque, dejara escapar a los inglesitos y nunca los invadiera - esperando el arreglo con los maestros.
ResponderEliminarPor eso, mejor un leCarré, que nunca negó haber sido espía y escribe cuentitos más creíbles.
Un lúcido, DonChango. Siempre con la mejor data para refrescarnos la bocha.
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