Colegios tomados. El Nacional Buenos Aires.

En agosto de 1974 el Nacional Buenos Aires estuvo tomado. Recuerdo que el motivo de la toma era defender la gestión de Laguzzi, creo que se escribe así, la triple A le puso una bomba que le mató a un bebé y tuvo que exilarse, y Villanueva, del cual no tengo mayores datos. En el caso del BA era defender la gestión de Raul Aragón, que defendió presos políticos que estuvo exilado y que volvió para convertirse en juez y falleció hace unos años. Lamento tener que decirles que recordar 35 años para atrás es más difícil de lo que los jóvenes creen, de modo que puede que esté dejando en el tintero algunos detalles importantes. Me parece que la toma no se decidió en el cuerpo de delegados sino en una asamblea. Incluso creo que primer año celebró una asamblea especial aparte y que todos votaron por la toma. Cuando preguntaron quienes se quedaban levantamos la mano 4. Ese año habíamos entrado por sorteo, muchos éramos de una clase media más pobre que, probablemente, no hubiese podido pagar las academias caras que te garantizan el ingreso porque saben lo que van a tomar. Le hacen creer a la gente que es una meritocracia y no es más que el poder del dinero. Fui para mi casa, me despedí de los viejos, creo que hacía días que me habían dado la llave, puse algo de ropa en un bolso, agarré una de mis frazadas y me volví para el colegio. Recuerdo que la frazada era a cuadros blancos y negros con un borde azul. Durante la primera época las clases siguieron normalmente. Lo me parece lo mejor porque podes tener a los pibes cerca para movilizarse, dificulta el accionar de la represión, además deja sin argumentos a los “fundamentalistas de la educación” que se quejan por los días de clase perdidos. En esos primeros días había mucha gente, dormíamos en las aulas y no recuerdo haberme sentido cómodo. Cuando la cosa se despejó apareció, por suerte, un cargamento de galletitas y de sopa de sobre, esto último puede ser anacrónico, no se si existía por aquella época. El cargamento venía como solidaridad de los trabajadores de Terrabusi (¿o era de Bagley?) que estaban, también, en conflicto. Las galletitas eran bastante lamentables, las relacionó con el mate, que 30 años después, tomábamos en la asamblea, las llamábamos galletitas de perro. Después del shock inicial las comíamos todo el día acompañada por el café especial que hacía mi amigo el Negro que era el otro pibe de primer año que andaba siempre por la toma. Nunca supe como hacía el café y juro que no pienso preguntarle. Nosotros dos solíamos también ser los encargados de la sopa. Aparte de eso tomábamos cantidades industriales de mate, tocábamos la guitarra y cantábamos canciones de la guerra civil española. Me puse a pensar y he notado que la guerra civil terminó 35 años antes de 1974 y que han pasado 35 años después de eso. La toma me sirvió también para tener una explicación para el hecho de dormir en clase. Nos juntábamos con los pibes de la UES que se la pasaban cantando: “Ya tenemos presidente, Perón, Perón” aunque el viejo ya estaba muerto. Solamente con el paso de los años entendí que la muerte del viejo era una gran desgracia. Parecerá raro pero nuestra organización todavía no existía, al menos no que nosotros supiéramos. Con los de la UES discutíamos mucho, el “viejo” para nosotros era Lenin y no Perón. Sin embargo no nos llevábamos nada bien con la gente de la Fede que era mayoritaria en el colegio. En el momento atribuíamos las cosas a las diferencias políticas, incluso a cuestiones personales, nunca se nos ocurrió que había un abismo social entre nosotros. Me acuerdo que el jefe de la Fede era Anibal Ibarra, si el mismo. Al que no recuerdo haber visto mucho por la toma. No se si era que ya había terminado, ese año no hubo sexto año, o si era, simplemente, un tipo escurridizo. Bueno, que tenía facilidad para esconderse me consta. Al año siguiente lo perseguimos varias veces con la JG para cagarlo a trompadas y siempre se nos escapaba. Siempre creí que, si lo hubiéramos surtido, hubiese sido mejor político y, quien sabe, mejor persona. Jugábamos al ajedrez, el único que me ganaba era un pibe de la UES al que le decíamos “Batata”, al poco tiempo de la toma le metieron un balazo en una pierna pero se recuperó. Me pregunto que habrá sido de él, si no lo mataron, si no se quedó en Europa y si no se quebró del todo, ahora podría ser funcionario pingüino. Era muy inteligente, soberbio y definitivamente pequeño burgués, pero estaba de nuestro lado. Recuerdo las noches de poker, en particular una noche cuando jugamos con una piba de quinto año. Dios que buen lomo, si esta fuera una novela o un cuento picante, lo mínimo que tendría que pasar era que le diera un masaje pero no, recuerdo que le sacamos algo de guita eso si. En el sótano del colegio había una pileta y decían que, en ciertas circunstancias, uno se podía bañar ahí junto con las chicas. En lo que a mi concierne es una leyenda. Desgraciadamente. El día que entró la cana, parece que había orden de un juez, todavía corrían esas cosas, yo me encontraba en el baño. Los baños de los alumnos quedaban bien lejos de la rectoría donde estaba todo el mundo. Cuando salí del baño me di cuenta de que estaba solo. Era raro que se llevaran a la gente y dejaran el colegio solo. Estuve dando vueltas como un boludo hasta que me dirigí a la puerta, ciertamente que para rajar, cuando venían llegando pibes de la toma que se habían ido a dormir a su casa, bañarse, que-se-yo-que. Me dejaron de guardia en la puerta y empezaron a llamar por teléfono a todo el mundo. Igual recuerdo esas cosas como en una niebla, había pasado semanas durmiendo en el piso en mi frazada y estaba como borracho. Recuerdo que el día, creo que era ya al final de la toma, en que toda la gente de la toma fue al entierro de dos compañeros de la UES, Beckerman y Van Lierde, creo que se llamaban así, los había matado la triple A y los habían dejado tirados, creo que en la Panamericana. Ese día se llevaron en cana a todos los de la toma. Es más, no se si la JP o vaya-uno-a saber-quien había conseguido un micro de modo que los llevaron en cana con micro y todo. Al Negro lo llevaron por portación de armas porque llevaba un diente de caballo ¿Por qué llevaba un diente de caballo? Hay cosas de las cuales es mejor no enterarse. Sobre todo tratándose del Negro. Ese día me quedé dormido en mi casa y para cuando llegué al colegio ya estaban todos en cana. La última vez que pasé por el BA fue para recordar a los compañeros de la JG, en este caso eran de la JG, desaparecidos. Sería bueno tener un comité de ayuda a los arqueólogos del futuro que se ocupara de reunir imágenes, fotos y textos para dejar en una capsula del tiempo. Me pareció que, pese a la buena onda de los pibes, el lugar esta signado por la ruina y la decadencia.