lunes, 29 de junio de 2009
Es culpa de los gitanos
Si alguna vez en mi vida escuche alguna canción de Michael Jackson fue a principios de los 80, es un género que me deja por completo indiferente y no tengo la más pálida idea de cómo sonaba.
Pero recuerdo que sacó un disco que se vendió mucho y después, un poco más adelante en los 80, otro que vendió en proporciones estratosféricas. Si la música era buena, mala o peor no lo se. Me pregunto si esos decenas, inclusive cientos de millones, que compraron el disco aún lo conservan y si lo escuchan. Y si escuchándolo reviven algo bueno, bonito al menos, de su propia vida. En ese caso podemos decir que valió la pena.
En cuanto a Jackson, después de volverse inmensamente rico y famoso, el pequeño chip que tenía le saltó. Sufrió una metamorfosis bastante horrenda, empezó a volverse blanco, aunque no sabemos si de cuerpo entero o si la cara nomás, mi mamá afirmaba que conservaba su culo negro pero de eso no tengo pruebas. La cara se le estiró de un modo inverosímil al punto que los ojos amenazaban con salírsele y, dicen que, la nariz, cada vez más pequeña, acabó por caérsele. No contento con ese desatino, gastó sumas siderales en construirse una mansión que, al parecer, era una especie de parque de diversiones. Allí vivía rodeado de niños y se la pasaba jugando. Como es que un padre permite o, aun peor, alienta a sus hijos a residir con un tipo cada vez más blanco que va perdiendo su nariz, es un oscuro misterio. Como es que ningún fiscal, ni juez, ni nada de nada advirtió que un grupo de menores estaba a merced de un tipo deforme por su propia voluntad no es, por el contrario, ningún misterio. Se mueven por dinero.
Hubo, cuando ya el escándalo y las bromas groseras arreciaban, un juicio. La suma que Jackson tuvo que poner para no quedar pegado es de notación científica debe ser de diez elevado a la octava.
Uno se pregunta si no tenía nadie al lado que le dijera que volverse blanco, además de un papelón, es por completo inútil. Ser blanco no nos sirve a los blancos, imaginate a un negro.
Si nadie le dijo que lo estaban afanando con todas esas cirugías espantosas.
Si nadie le advirtió que se dejara de joder con esas criaturas y que hiciera terapia.
Según parece a los ricos nadie les dice nada.
Me hace pensar en ese gran estadista itálico que no se puede contener y le toca el orto a una socorrista y los pobres infelices que lo acompañan se ríen de la locura del “Duce” con la sonrisa boluda de los pobres infelices.
¿Qué dirán los pobres infelices, padres de los nenes de los que abusaba Michael Jackson?
Supongo que lo mismo que dicen los boludos ciudadanos de los cuales abusa el “Duce”, que la culpa la tienen los gitanos.
Si Jackson hubiera sido pobre hubiera terminado enfundado en un chaleco de fuerza en la última habitación del loquero. Pero, a decir verdad, eso no lo podemos saber. Tal vez, si no hubiese podido concretar sus fantasías y hubiese tenido que ir a trabajar, le hubiera ido bien. Hubiera estudiado, no se, para ser músico y estaría dando clases en el conservatorio. Sería negro, hubiera madurado y ostentaría una nariz como la de, casi, todo el mundo.
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