Uno desconfía de las encuestas, en principio porque desconfía de todo, también porque se sabe que muchas veces son una chantada, armada para dejar feliz al, infeliz, que las paga. Un tercer motivo es porque contradice lo que uno ve en la vida cotidiana, los que estaban orgullosos, en el 2016, por no usar más calefacción, se han llamado a silencio. Incluso esos malditos esperanzados que preveían un próximo semestre, un próximo año, un siglo venidero, de prosperidad, tienen la boca cocida. Las inversiones no van a venir nunca. Vivimos bajo un bombardeo, una avalancha de encuestas, en esas encuestas Macri pierde pero con el 35 % de los votos en la segunda vuelta. El resultado se repite tan sistemáticamente que, al menos, es imposible impugnarlo por completo. Históricamente el resultado no debería sorprendernos, son menos, en porcentaje, de los que obtuvieron Tamborini y Mosca en el 45, o la UCR más Manrique en el 73, o, más para adelante, la suma de M*nem y Lopez Murphy en el 2003. El problema es que habría que ver es, si no hay más votos de derecha, por fuera del Macrismo, esa es la duda que tenemos todos. La verdadera pregunta es cuantos votos tienen los sindicatos "dialoguistas", más los senadores de Pichetto, más otras expresiones de la derecha peronista. Todos tendemos a creer que son ultra minoritarios, y que incluso si fueran más de los que parecen, no se van a animar a armar un frente electoral con los macristas, eso es verdad siempre y cuando el candidato sea Macri, y, en realidad, nadie cree que, hasta altura, sea así. El candidato no es Macri, es probable que ni siquiera sea Vidal, cuando le dieron la pcia de BA le dieron un regalo envenenado. Es por eso que se lo ve tan compadrito a Pichetto, piensa que el candidato de la derecha… podría ser él! Uno intuye que si el peronismo de derecha tiene, al menos relativamente, muchos votos, se va a presentar. Si, como todo lo indica, el gobierno macrista, choca la calesita, los votos del macrismo se van a sumar a los de la derecha peronista. Lo que cuesta entender es cual es la base material de la derecha peronista por eso es difícil predecir cuantos son y adónde van. Si me lo preguntan, los caudillos, responden a la burguesía pastoril, un poquito más feudal, a veces, un poquito más capitalista en otros casos. No se están llenado de guita, la devaluación los enriquece pero resulta que dependen del mercado interno, o de exportar a países de los que la administración macrista, y los despelotes internacionales, nos están alejando. Sostienen a Macri por una cuestión de ideología, en vez de ser una verdadera burguesía prefieren ser el furgón de cola de un tercer mundo colonial. Los que se están salvando con Macri son pocos, cada vez menos, al grueso de estos patrones se los va a comer la crisis, tal vez, con un poco de suerte, pasen a ser empleados de las grandes empresas. Las encuestas dicen, ojo porque son operaciones, etcétera, que el único que mueve el amperímetro es Massa, los demás pierden contra Pitrola. Que va a hacer Massa, creo que ni él mismo sabe, en cierto sentido la persistencia del macrismo, al menos en el dorado mundo operado de los opinadores de toda laya, potencia la polarización. Massa es peronista para Cambiemos y macrista para el peronismo, sentado entre dos sillas, recuerdo que decían los suecos. Los gobernadores peronistas o, sincerémonos, peronoides, padecen también del síndrome de Massa, quieren desdoblar las elecciones para hacerse votar por los peronistas y después irse con Macri, Pichetto o dios-sabrá-quien. A eso le llaman “cintura política”, “pragmatismo” y que-se-yo-que. Puede llegar a resultarles, tal vez el destino de esa gente sea seguir apareciendo como peronistas y apoyar a la derecha para siempre. A mi me parece que más de uno de esos gobernadores "peronistas federales" se va a comer el garrón. En general uno piensa que lo que nos conviene a la inmensa mayoría de los argentinos, que los-que-te-jedi se vayan lo antes posible, a estos "federales" no los favorece, más pasa el tiempo, más se consolida el peronismo de Cristina en las provincias. Y eso sin contar a un montón que ya se abrieron y se vinieron con la Jefa. |
En cuestión de horas se les cayeron 3 operetas al Clarín: ese tal Elaskar, el de la “Rosadita” ¿Se acuerdan?, la gran investigación de ese tal Santoro sobre las cuentas de Maxi Kirchner y Garré (?) en no me acuerdo bien dónde y le tienen que pagar unos pesos a una señora que, es una pena, no estuvo en Mar del Plata tirándole piedras al mequetrefe. Sorry.